El chamanismo se ha practicado de una forma u otra en todo el mundo ya lo largo de la historia con chamanes actuando como intermediarios entre el mundo natural y el mundo espiritual. El término tiene un contexto amplio y cubre muchas tradiciones espirituales.
La mayoría de los chamanes son “llamados” por el espíritu para aprender esta forma de arte curativo. Aunque, en realidad, este llamado es más una directiva divina (suceden cosas malas en la vida de los aspirantes a chamanes que no responden al llamado). Un aspirante chamánico debe enfrentar desafíos agotadores y muchas pruebas antes de que alguna forma de iniciación espiritual transforme al iniciado y le otorgue su “Don” (dones espirituales).
Por lo general, se requieren años de entrenamiento disciplinado para que los chamanes desarrollen y dominen sus dones. A partir de entonces, los chamanes funcionan como los mediadores espirituales en los que se han entrenado para que se conviertan en su trabajo en las antiguas artes curativas. Es importante reconocer que el poder real para la curación y la transformación personal proviene del espíritu. El papel del chamán es el intermediario entre mundos que ha sido iniciado por el espíritu y ha otorgado ciertos dones para que pueda estar al servicio de la humanidad.
Es difícil medir qué nivel de dones o poderes podría poseer un chamán por su edad u origen cultural. Los chamanes a menudo son elegidos por el espíritu precisamente porque han vivido muchas vidas dedicados a las artes chamánicas. Con el entrenamiento adecuado o, en ocasiones, con ceremonias de iniciación del más alto nivel, son capaces de resucitar sus antiguas habilidades en su encarnación actual. Nos especializamos en tales ceremonias de “resurrección” como parte de nuestro trabajo al servicio de la humanidad durante estos tiempos de transformación.
Sé cauteloso
El fenómeno conocido como turismo de Ayahuasca ha cambiado el panorama cuando se trata de encontrar un chamán legítimo. La ayahuasca es una planta sagrada imbuida de un espíritu vivo. Debe ser reverenciado, pero frecuentemente es profanado.
A menudo, los brujos (chamanes que usan poderes oscuros para causar daño) atraerán a las personas a la ceremonia, principalmente para obtener ganancias monetarias. La amenaza es mayor para las mujeres, ya que también corren el riesgo de sufrir abusos sexuales. Otros usan la brujería para que los participantes regresen. Esta práctica abominable, típicamente impulsada por el ego o la codicia, está en contradicción con el espíritu. Hay serias consecuencias kármicas por esta vergonzosa violación del libre albedrío. Sin embargo, esta vergonzosa práctica está muy extendida.
Uno debe desconfiar de los centros chamánicos que operan en la sombra (sin licencias y permisos para evitar pagar impuestos). Algunos pueden usar chamanes legítimos, pero la integridad de dicha organización es muy cuestionable. Cuando se trata de la posibilidad de encontrar un chamán en el que pueda confiar, es esencial que siga su intuición, ya que no hacerlo es como ignorar los consejos del espíritu.
Nota importante:
El papel del chamán es únicamente el de un intermediario espiritual [mediador entre mundos] que ha sido iniciado por el espíritu y se le ha otorgado ciertos dones para que pueda estar al servicio de la humanidad. El poder real de curación y transformación proviene del espíritu, no del chamán.